España es el séptimo país de la Unión Europea que más alimentos desperdicia, derrochando más de un 17% de comida en perfecto estado. En este contexto, aparecen nuevas ideas e iniciativas que surgen en comunidad para frenar el desperdicio alimentario, como es el caso de Buruxka, promovida por el ayuntamiento del Valle de Yerri (Navarra).
Desde Yerri, conocedores de la dramática situación en relación al desperdicio alimentario actual, ha lanzando el proyecto Buruxka, que pretende recuperar la práctica del espigamiento basándose en el caso de éxito de Espigoladors, en Cataluña, y creando un modelo propio de Navarra.
El espigamiento es una práctica que se llevaba a cabo sobre todo en el siglo XIX y consistía en aprovechar los alimentos sobrantes de una cosecha. Normalmente, lo hacían las personas más desfavorecidas o con mayor dificultad económica. “Ahora pasa un poco lo mismo”, explica Elena Cereceda, Técnica de la Mancomunidad de Andía, “hay alimentos que están en perfecto estado, pero que no se utilizan por cuestiones estéticas”.
Buruxka tiene como principal objetivo reducir el impacto social y ambiental derivado de las pérdidas de alimentos en el ámbito agrario y sensibilizar a la comunidad sobre la problemática del desperdicio. Para ello, se espera conocer la realidad actual de las pérdidas alimentarias en el sector hortofrutícula de la zona, poniéndose en contacto con las producciones y entidades agrarias, obteniendo así un primer diagnóstico de la situación.
El proyecto creará, a su vez, una red de entidades para la recuperación de los alimentos, que pondrá en contacto a entidades donantes con entidades sociales receptoras y la distribución de los alimentos recogidos se llevará a cabo a través de los servicios sociales de Iranzu así como voluntarios u otras entidades interesadas, como el Banco de Alimentos de Navarra.
Por otro lado, se formará a agentes sociales, a través de los espigamientos en las producciones y fincas que formen parte de Buruxka y de otras acciones educativas, una labor pedagógica muy importante para la concienciación en el aula y en casa. Además, la iniciativa también prevé la promoción de una empresa de economía social para alargar la vida útil de los alimentos, que permita, a medio plazo, hacer sostenible el modelo de espigamiento navarrés.
El proyecto BURUXKA está impulsado por el Consorcio formado por el Ayuntamiento del Valle de Yerri, coordinador y líder de la iniciativa, el INTIA (Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras), y la Universidad Pública de Navarra, a través del Instituto IS- FOOD.