La lucha contra el desperdicio alimentario está impulsando la innovación en el campo de la alimentación. Y no solo en la mejora de los procesos productivos o la reutilización de los alimentos, sino también en la búsqueda de sistemas capaces de alargar la vida de los productos frescos, como frutas y verduras como está haciendo Cambridge Crops.
Ya vimos el caso de Apeel, un proyecto científico que ha desarrollado un recubrimiento inoloro y sin sabor capaz de ralentizar el proceso de oxidación de los alimentos. Pues el equipo de Cambridge Crops han optado por un proceso similar, que también ha sido aplaudido por la comunidad científica.
El equipo de Cambridge Crops, procedente del MIT de Boston, ha diseñado un recubrimiento ultra fino compuesto básicamente de agua, capaz de alargar drásticamente la vida de los alimentos sin cambiarle el gusto ni el olor y, de paso, haciendo innecesario un segundo recubrimiento de plástico.
El proyecto nació con un experimento, con el que el profesor Benedetto Marelli, cofundador de la iniciativa junto a Fiorenzo Omenetto, quiso comprobar si un recubrimiento fino de seda era capaz de ralentizar la oxidación de una fresa, y lo hizo con éxito. Hoy, la compañía desarrolla recubrimientos basados tanto en agua como en seda.
Con su trabajo, Cambridge Crops no solo lucha contra el propio desperdicio alimentario, sino también contra los efectos que este tiene sobre la economía. El desaprovechamiento de alimentos genera una pérdida de 1 billón de dólares de facturación a nivel global.