En el IV punto de encuentro contra el desperdicio de alimentos, que tuvo lugar el pasado mes de septiembre en Madrid, Vincent Gitz, sub-director de la Política de Alimentación y Director General de Alimentación del gobierno francés presentó ante todo los asistentes el Programa Nacional para la Alimentación que se está llevando a cabo actualmente en Francia.
El Programa Nacional para la Alimentación (PNA) tiene como objetivos principales: luchar contra el desperdicio de alimentos, concienciar y educar a los más jóvenes en materia de alimentación y luchar por una justicia social.
Además, este plan se articula conjuntamente con otros planes nacionales como son El Programa Nacional de Nutrición y Salud, y el plan Plurianual contra la Pobreza y para la Inserción Social.
En 2013 se firmó el Pacto Nacional para la Alimentación por parte de todos los servicios del Estado, como las asociaciones de agricultura y alimentación, medio ambiente, finanzas públicas, cohesión social y economía, y durante este año se ha realizado una nueva versión del PNA adaptándose a la situación actual.
Actualmente el 37% del total de alimentos desperdiciados en el estado francés se produce durante la producción de los alimentos, el 28% durante el consumo, el 21% pertenece al proceso de transformación y finalmente el 13% restante a la distribución de los productos alimentarios.
También cabe destacar algunos datos generales sobre las necesidades de las personas más desfavorecidas en Francia para poder realizar las rectificaciones y poder entender el atcual PNA. Por ejemplo, el 12% de la población adulta en Francia vive en un hogar en situación de inseguridad alimentaria por motivos financieros; y de 4 a 5 millones de personas al año son beneficiarios de la ayuda alimentaria.
Con la ley aprobada el 11 de febrero de 2016 relativa a la lucha contra el desperdicio alimentario se estableció una jerarquía para reducir al máximo los desperdicios lo largo de toda la cadena de valor –desde el sector primario al consumidor final-.
Esta jerarquía consiste en lo siguiente:
– En primer lugar, la prevención de los desperdicios
– En segundo lugar, la redistribución de los alimentos: para alimentar a personas necesitadas a través de instituciones benéficas y bancos de alimentos.
– En tercer lugar, la elaboración de piensos: alimentos no aptos para el consumo humano destinado a la alimentación de animales
– En cuarto lugar, la realización de compost y energía renovable: desperdicio de alimentos (incluidas las partes no comestibles) utilizando para compostaje, a fin de producir fertilizantes o proporcionar fuentes de energía
– Y, por último, la eliminación: para su uso como opción menos preferida
Con dicha ley se prohíbe a los comercios devolver los productos alimentarios no vendidos que conserven sus propiedades y que sean completamente aptos para el consumo humano. También, es de estricta obligación para los comercios alimentarios con superficie de venta superior a 400m2 contar con, al menos, una asociación de ayuda alimentaria. Y, por último, la donación alimentaria debe efectuarse mediante un convenio firmado entre ambas partes.