Quizás en España no sea una práctica popular, pero bares de medio mundo compiten para atraer a sus consumidores con las famosas ‘happy hour’: una hora en la que las bebidas se sirven a precio reducido. El comercio ha tomado nota de esta práctica y esta hora feliz es ya una herramienta para dar salida comercial a ciertos productos y, de paso, luchar contra el desperdicio alimentario.
La cadena pionera en este ejercicio ha sido S-market, la marca finlandesa con más de 900 tiendas repartidas por el país nórdico. Desde hace un tiempo, los vecinos de los establecimientos de S-market esperan a las 21h, justo cuando los precios de los productos que están a horas de caducar bajan un 60%.
Antes de pasar por la ‘happy hour’, la cadena aplica a estos mismos productos con fecha de caducidad cercana un descuento del 30%, por lo que a la hora feliz tan solo llegan aquellos que no han tenido salida hasta ese momento.
La práctica ha reducido al mínimo los excedentes que se producen en el supermercado, resolviendo así el problema de desperdicio alimentario que puede producirse en una tienda y, de paso, ofreciendo a sus clientes productos a un precio insólitamente rebajado.