Si el desperdicio alimentario es un problema global que genera preocupación, en África adquiere tintes dramáticos. Se calcula que, en países como Nigeria, hasta el 60% de lo alimentos recolectados se desperdician sin llegar ni tan solo a manos de los consumidores. El continente pierde cada año comida suficiente para alimentar a 300 millones de personas, una cifra inasumible en una zona con 200 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria.
Las razones para unos niveles tan altos de desperdicio alimentario son elementales: sistemas de transporte y almacenamiento inadecuados, incapacidad técnica para procesar parte de las cosechas y, sobre todo, dificultades para el acceso a sistema de almacenaje adecuados.
De nuevo en Nigeria, muchos campesinos no cuentan con instalaciones en las que almacenar su cosecha, por lo que se ven obligados a llevar sus productos directamente al mercado una vez recolectados. La consecuencia es una venta a muy bajo precio y un desperdicio exagerado que se produce antes incluso de la llegada al punto de venta y en las mismas paradas, que acumulan mucha más oferta de la que pueden despachar.
En el norte del país se ha buscado solución con la creación de Babban Gona, una cooperativa que se apoya en el sistema de franquicias para ofrecer a los pequeños productores sistemas de almacenaje óptimos para guardar sus cosechas.
Los propietarios se unen para costearse estos almacenes y los resultados logrados son notables. Según los datos de la compañía, los productores de Babban Gona reciben ingresos mensuales por encima de los 500 dólares, multiplicando por 4 los beneficios de agricultores de iguales características del resto del país, gracias al hecho de poder conservar mejor sus productos y multiplicar la cantidad de alimentos que llegan a manos de los consumidores.
En la actualidad, Babban Gona reúne a más de 20.000 pequeños productores del norte de Nigeria, y espera llegar al millón en 2025.